jueves, 15 de enero de 2009

capitulo II los paraísos artificiales

Aquí es cuando el medicamento hace efecto, la realidad se altera, y hay un estado de bienestar malestar, la cabeza tiene desconexiones involuntarias, no sé si todo mundo sea capaz de detener el tráfico mental a voluntad, yo sí, y me puedo perder en la nada y es bueno, porque regresas en cualquier momento y no pierdes el contexto del mundo allá afuera, sin embargo, después de un ligero cóctel de fluoxetina, lamictal y pontiride estos desenchufes son involuntarios y alentan el ritmo habitual, el cuerpo se siente rechazado por sí mismo, la boca se seca, el corazón además de su natural palpitar experimenta un tremor ajeno a su naturaleza, hay como una emoción vibrante y palpitante, un frío que suda en las manos, un estado de sedación que se vuelve en vértigo que limita el equilibrio y descontrola los sentidos pero que a pesar de todo, mejoran el estado de ánimo, nublan el pensamiento para evitar los estados de recurrente psicosis tu vida sigue normal pero no experimentas la creación de telenovelas dañinas, y es en este vaivén de químicos, que me azgo (espero no inventarme palabra) fuertemente a mi objetivo, estar bien (o será menos mal?) independientemente de los medios, y es razonable, somos químicos y somos electricidad y a veces hay corto circuito y a todos nos pasa pero hay a algunos que nos sucede con mayor frecuencia, y que luego confundimos mundos y realidades, y alteramos la naturaleza de los otros. El bienestar llega sí lo hace, me he quejado todo el día, pero más que quejarme he estado relatando la sensación, sigue pareciéndome fascinante la manera en que algo que puedes consumir en estados alterados de la realidad te alteran la naturaleza para desalterarte y enviarte a un estado de bienestar que el ser humano promedio experimenta todos los días de su vida y no valora y que por el contrario busca, altera su realidad, consume sustancias que lo alejen de su naturaleza, y al final nadie esta conforme. siempre habremos de emprender la búsqueda de los paraísos artificiales.

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