viernes, 23 de enero de 2009

capitulo V aprendiendo

Han pasado días y días y aún sigo aprendiendo, hay días buenos, días en los que no tengo nada que decir, días de estar horizontal y fugarme del mundo, practicamente desaparecer y de repente sucede que si me vuelvo mágica y nadie sabe donde estoy, a veces creo que ni yo, y también he tenido momentos de incertidumbre donde mis demonios me mantienen en vilo y parece que se vuelven contagiosos y atacan al o los seres que amo, he tenido días compartidos, días de llanto fácil, de sonrisas, de familia, de compartir experiencias, días donde suceden cosas increibles, días en que todo es ajeno a mi, días de estar sola y buscar no hacer caso a las voces en mi cabeza, han también pasado días de recaídas (bueno solo uno) y días de sentirme bajo el zapato, días de evitar la psicosis sonriendo y son buenos, la psicosis se contrarresta con actitud positiva (felizoología) y buena compañía aunque sea de paraísos artificiales, sin embargo ayer anoche, no pude cambiar la actitud y me hundí y me decepcioné por mí y de mí, y ni siquiera mi auto inyección de positivismo felizoológico consiguio cambiarme el ánimo, a veces me creo que si soy psicopata o sociopata y que tal vez busque una víctima ajena a mi corazón, solo para purgar esos demonios y me digo que no, que mejor siga aprendiendo que pasen días y que los cambios de aire sean buenos para el alma. Aún así, sé que poco a poco alcanzaré un poquito de sabiduría solo para darme cuenta que la meta cada vez es más distante... divago, divago divago....

jueves, 22 de enero de 2009

capitulo IV la realidad muerde

Y luego también te das cuenta que a pesar de la decisión de DESPERTAR finalmente y a través de medios artificiales, la realidad muerde, no todo el tiempo estarás en ese estado de entumecimiento inducido y a veces tus pensamientos recurrentes, ya obsesiones te llevan a un estado de psicosis eufórica que a diferencia de las psicosis corrosivas, el estado de euforia te da una claridad que antes no tenías ante muchas situaciones de la vida cotidiana, como que todo es más simple de lo que creías y que te has pasado la vida en divagaciones inútiles que solo lastiman el espíritu y lamentablemente ha pasado tanto tiempo que reconciliarte con la parte dañada es muy muy costoso, dado que el costo, significa entender que habrá dolores de cabeza de esos propios y de esos ajenos, costumbres y arraigos que se dejan de lado y la parte más difícil, no anular todo esto que has construido, todo eso que llamas tú, y aunque el DESPERTAR suena prometedor, el costo, te hace ver que has desperdiciado años y años de vida, y eso duele esa mordida es tan incisiva que quisieras que el tiempo te haya dejado ahí, antes del ayer, y después del ahora, pero como hacer para decirse a uno mismo que el mayor problema no está afuera sino en esos demonios de la cabeza que hacen que uno circule la misma idea hasta amasarla del modo mas autodestructivo que sea posible y así inicia todo como esa idea que es un chispazo en la nada y de repente es un cuchillo, y de repente es una navaja o un cateter, y esa idea ese objeto se vuelven sangre y te matas pero no lo ves porque en tu cabeza circula tu idea amasada en no hay dolor, cuando al final y al principio no tiene porque haber dolor todo son esos demonios pensantes de la cabeza, a veces lo más complicado es volverse simple. Y cuando te das cuenta una sonrisa estupida se dibuja en tus labios, y te dices que de ahora en adelante, tu morderas a la realidad aún y a pesar de no saber cómo.

viernes, 16 de enero de 2009

capitulo III despertar

Y también llega el día en que no puedes despertar y que a pesar de todas las sensaciones cósmicas producidas por los paraísos artificiales el cuerpo sigue estático, como paralizado por ese entumecimiento cerebral y la inercia esa maravillosa compañera que siempre va de la mano con estos estados de detrimento existencial, te dice que prefieras seguir en la cama y dar rienda suelta a ese estado de vegetación, el sabor a seco de la boca, los riñones sedientos marchitos como flores, y ese vértigo continuo te hacen recordar que el cuerpo va junto con el paquete; que no puedes esperar que el alma se vaya por un barranco y que el cuerpo no tenga consecuencia alguna, pero, cómo hacer que todo se integre?, ese es uno de los mayores inconvenientes al padecer una enfermedad invisible, te tienes que enfrentar al yo divivido, el cuerpo y el alma no son la misma, la razón va por su cuenta, las palabras salen escupidas en los momentos que la razón, el alma y el cuerpo no lo quieren, y como luchar contra todo esto, cuando todo se encuentra en el mismo frasco, y cuando todo es letal entre si, simplemente, te dices basta, es necesario DESPERTAR y para ello hay que entumecer el cerebro con pastillas que no te venden sin receta (la consecuencia de tus paraísos artificiales) y hablar de a vez en cuando con alguien que te escucha y a quien no le importan tus problemas porque tiene los suyos y solo le pagas para decir si claro eso me ayuda, y lo peor del caso es que sí ayuda, porque la voluntad es mucha y te dices no me estoy engañando en verdad estoy mejor y vale la pena. Bonita paradoja.

jueves, 15 de enero de 2009

capitulo II los paraísos artificiales

Aquí es cuando el medicamento hace efecto, la realidad se altera, y hay un estado de bienestar malestar, la cabeza tiene desconexiones involuntarias, no sé si todo mundo sea capaz de detener el tráfico mental a voluntad, yo sí, y me puedo perder en la nada y es bueno, porque regresas en cualquier momento y no pierdes el contexto del mundo allá afuera, sin embargo, después de un ligero cóctel de fluoxetina, lamictal y pontiride estos desenchufes son involuntarios y alentan el ritmo habitual, el cuerpo se siente rechazado por sí mismo, la boca se seca, el corazón además de su natural palpitar experimenta un tremor ajeno a su naturaleza, hay como una emoción vibrante y palpitante, un frío que suda en las manos, un estado de sedación que se vuelve en vértigo que limita el equilibrio y descontrola los sentidos pero que a pesar de todo, mejoran el estado de ánimo, nublan el pensamiento para evitar los estados de recurrente psicosis tu vida sigue normal pero no experimentas la creación de telenovelas dañinas, y es en este vaivén de químicos, que me azgo (espero no inventarme palabra) fuertemente a mi objetivo, estar bien (o será menos mal?) independientemente de los medios, y es razonable, somos químicos y somos electricidad y a veces hay corto circuito y a todos nos pasa pero hay a algunos que nos sucede con mayor frecuencia, y que luego confundimos mundos y realidades, y alteramos la naturaleza de los otros. El bienestar llega sí lo hace, me he quejado todo el día, pero más que quejarme he estado relatando la sensación, sigue pareciéndome fascinante la manera en que algo que puedes consumir en estados alterados de la realidad te alteran la naturaleza para desalterarte y enviarte a un estado de bienestar que el ser humano promedio experimenta todos los días de su vida y no valora y que por el contrario busca, altera su realidad, consume sustancias que lo alejen de su naturaleza, y al final nadie esta conforme. siempre habremos de emprender la búsqueda de los paraísos artificiales.

capitulo I la enfermedad invisible

Todo inicia cuando un buen día aceptas que lo que padeces no es algo tratable por un médico, ni una enfermedad que el mundo acepta como existente, y asumes que vivirás con eso hasta el último día de tu vida, aunque no puedes ni siquiera entenderlo, y aquí es cuando te das cuenta que este buen día necesitas hablar, con alguien real, alguien de carne y hueso, alguien que haga caras cuando te escucha, o que se moleste de lo que dices, y a su vez te das cuenta que más allá de esa persona, real, física y tangible que solo te escuche, necesitas escucharte a ti, saberte, saber que ha pasado en todo este trayecto y analizar los puntos de quiebre, pero de repente sucede que tampoco hay escucha, a nadie le interesa porque resulta que no saben como dar confort a quien siempre conforta o no saben manejar la situación y todos estan ocupados, o lejos pero mientras tanto, que pasa con esto que carcome las entrañas, que arranca mil lágrimas de los ojos y que no deja de hacerlos llover, ese vacío, esa ausencia de ti mismo.

Y es así señores, como esta maga se encontraba ayer, no hay nada trágico en la historia, habré de ser muy sincera, no me gusta engañar ni crear falsas espectativas (tú lo sabes, aunque a veces no me creas), y así pues es como esta maga llega a su punto de no retorno, donde o asume que duele, que enoja y que si, que a pesar de todo, también siente; caminando por las calles de la ciudad recapitulando que he andado por muchos mundos, y que desde siempre he preferido mantenerme al margen de todos ellos, y que ya no quiero seguirlo haciendo por todos los dolores de cabeza que esto genera tanto a la mia como la de mis vecinos particularme de aquellos a los que amo, entre lágrimas, mocos y babas (lo siento así va el llanto aunque suene feo), emprendo mi camino a retomar eso que dejé hace años cuando por error casi me mato, aunque error tres cateteres en la vena y una sangría en el baño de la escuela algunos lo considerarán más que un error, pero de verdad no me quise matar, lo que si conseguí fue un pase directo de 13 días a mis vacaciones en el hospital psiquiatrico, un lugar bonito tranquilo y de buenas compañías, algunos suicidas, otros esquizofrénicos, y otros tantos como yo inconexos, inconcavos, e inconclusos, ahí comprendí muchas verdades de la vida, sin embargo seguía como bien diria Ortega y Gasset, de espectadora, salí de ahí entendiendo esto de mi enfermedad invisible como la que todos los que habitamos o visitamos esos camellones y esos hospitales tenemos, enfermedades que no se ven, y que son como demonios que atacan en el momento más certero, cuando todo debía seguir bien, y no te permite continuar y nadie, nadie ni uno mismo es capaz de verlas, y cuando alguien sabe que están ahí, pretende que no estan, que no es real, que es una pretención o una estratagema para llamar la atención , hace algunos años lo descubrí o lo asumí pero no lo acepté, y sí hay pastillas que mejoran, tratamientos que alivian un poco pero que no curan y los estuve tomando, pero eran demasiado para mi cabeza inconstructa y erroneamente casi muero de nuevo y decido no tomarlos más, asumi por cuenta propia mi mejoria, y sí la hubo, las circunstancias y el entorno cambiaron y la enfermedad se escondió aún más y mejor pero no hay algo que se oculte para siempre ni nada que luego no cobre la factura y llego a ayer, cuando busco la solución o al menos una garantía de que esto no dolera más, que dejare de ser voyeur, que iniciaré a entrar al mundo, que habrá alguien a quien pedir confort y estará ahí, y así pues retomo estas pastillas que me llevan a estos paraísos artificiales en los que la vida es surreal. pero eso es historia del siguiente capitulo.